martes, abril 12, 2011

Noche, siluetas, baldosas flojas y demás condimentos…

Es una de esas noches de acordes de algo desafinados, de nubes abotagadas de soledad, de gatos embriagados y noctámbulos, de algunas estrellas como guirnaldas suspendidas de la nada, de las luces ajenas en balcones aún más ajenos que los impersonales anillos de un Saturno que no veo, pero que sé que está ahí, o allá. Es una de esas noches en que los automóviles pasan sin mirar y dejan una estela de desesperanza condimentada con el aroma de combustibles tan fósiles como las miradas de amor entre ese Montesco y aquella Capuleto; de aquellas bombillas de vapor de sodio que dan esa luz tan anaranjada como las alas de las mariposas monarcas, pero que ciñen el corazón, lo estrujan en un impiadoso intento de filtrar las emociones para que decanten las más oscuras y queden flotando las más claras. Sigue siendo una de esas noches en que las siluetas desfilan por las veredas de baldosas, algunas flojas, que salpican el agua de alguna lluvia que fue y pasó, y otras que se proyectan como los fantasmas del insomnio y los Nazgûl de la Tierra Media en las alturas de edificios grises, ahora teñidos de negro por las horas del reloj. Así en esta noche, no estás aquí. Pero de alguna forma estás. Porque la ausencia es una forma de estar, sin estar.

8 comentarios:

Noelia Palma dijo...

me vengo, me voy pero no puedo decirte nada, esto está impecable!
Carlos, gracias, nada mas!

Mar dijo...

Ay, los miedos de la noche! Nos acechan Nazgules, los edificios grises son negros... hasta que el nuevo día los desvance.

No me gusta la soledad en las largas noches de invierno.

Bss.

Esilleviana dijo...

Después de leerte tengo la sensación de que ésa no estabas solo, tenías un gigantesco recuerdo que te hacía observar, atender y descifrar todas las señales que encontrabas a tu alrededor... es lo que tienen las noches de otoño, cuando la oscuridad llega antes y el frío se hace notar.

Escribes que da gusto volver a tu casa para leerte.

un abrazo

Carlos dijo...

Noe: me alegro que mis entadas sigan gustándote. :)

Mar: Las noches de otoño con el fresco que las caracteriza tienen sus encantos, más cuando las luces del día se desvanecen y emergen otros matices. :)

Esilleviana: me alegra que te agrade pasar por estos parajes virtuales, y sí, en este caso, como en casi todas mis entradas, hay algo de autobiográfico y real. :)

Les agradezco por pasarse por este espacio, que como siempre digo, lo hacemos entre todos.
¡Saludos!
:)

Gabriela dijo...

Que bonito. La ausencia la forma mas complicada de existir.

eMiLiA dijo...

Quiero una noche de esas que describís.

El estar sin estar ya lo tengo. Quiero el paisaje que me falta.

Abrazo!

Esilleviana dijo...

gracias por tu visita.

un saludo

Carlos dijo...

Gabriela: Y, puede ser. De todas maneras uno va aprendiendo con los días. Gracias por pasarte por este espacio, eres libre volver cuando así lo desees. ¡Saludos!

Emilia. Y, dicen que el que busca encuentra. :)

Saludos a Todas las que se acercaron a leer esto.