Juguemos al
absurdo.
Juguemos al
ilógico,
De envolver las
alas de los aviones
En plumas de
cóndor.
Para volar alto,
Muy alto,
Tan alto que
apenas nos elevemos
De nuestros
cuerpos,
Y de nuestros
labios.
Pero sin permitir
que nuestras lenguas
Dejen ir el sabor
de los besos.
Juguemos al
absurdo.
Juguemos al
ilógico,
De
abrazarnos,
Por dentro,
Casi tocando
nuestras almas,
Acariciando esa
esencia elemental
Que nos hacer
ser,
Alguien que
siente.
Juguemos al
absurdo.
Juguemos al
ilógico,
De querer
cultivar
Un jardín de
rosas
En nuestra cama
Y poder dormir
cada noche
Entre pétalos
Y aromas de
madrugada.
Abrazados.
Juguemos al
absurdo.
Juguemos al
ilógico,
De embriagarnos
Del deseo mutuo,
Por tener
nuestros cuerpos
Atados al amor
ardiente,
Que se hace fuego
cada mañana.
Y de las cenizas,
Renacer cada
noche.