viernes, enero 11, 2013

La baranda


Crucé el ventanal que me llevaba de cara a la calle, pero más arriba que la calle en sí misma. La miraba desde un segundo piso. Llegué hasta la baranda que separaba (¿acaso lo separaba?) el suelo ¿acaso firme? del éter y puse mis manos en ella. Pensé un momento, y al siguiente, acomodé mis antebrazos en la misma baranda, dejando caer levemente el cuerpo. Levanté la cabeza y vi que esa Luna estaba colgada del cielo oscuro, rodeada de varias estrellas y nubes. Rodeada de madrugada. Era curioso, acercarse hasta una baranda y no pensar en saltar al vacío, quizá sólo con el ferviente deseo de sentir el aire cortándome la piel, quizá con el deseo de algo más… Simplemente estar apoyado en ella, confiando en su seguridad inmaterial, de garantías invisibles. Cambié. Esa fue la respuesta a una pregunta que fue tan tácita como jamás pronunciada. Y mi cabeza tenía nuevamente combustible para quemar, huesos para roer hasta dejar la médula oxidándose en el aire vivo. Evité hacer la siguiente pregunta que se desprendería de la primera; decidí prescindir de hacerla porque la respuesta ya estaba en la puerta de la mente. Ella. Estaba a la par mía, diciéndome que la noche estaba fresca, hermosa. Y cuánto habría por descubrir en esa sonrisa lábil, en esos ojos brillantes de juventud,  en ese cuerpo que ofrecía cobijo… cuánto. Cuánto. Y por dentro de mí, corría el dilema del erizo corrompiendo lo más humano y terrenal que tenemos. Había que decir algo, había que hacerla reír, había… y mis recuerdos ya no recuerdan.
Sólo me quedé con el sabor del momento, con el fresco de la madrugada en los labios, y su sonrisa jugueteando ruidosamente por los pasillos de mi alma, prendiendo la luz donde por años la oscuridad había sido dueña y señora.

4 comentarios:

Esilleviana dijo...

Un lugar único del que asomarse para contemplar la Luna que te inspira y evita que saltes al vacío del cariño trivial. Retomar una imagen del recuerdo para comenzar a sentirse vivo de nuevo, una buena estrategia :))

un abrazo

Schmetterling! dijo...

He tomado apuntes;)

Muaac!

Mar dijo...

Que marco más bonito nos dejas! Y la baranda como testigo de lo que pudo o no pudo acontecer... ;)

Bss.

Kris Diminutayazul dijo...

A veces queda eso, el sabor del momento. Uno de esos sabores que no se van nunca.

Un abrazo grande.