Podría
inventar, o mejor dicho, encadenar palabras unas con otras, darles un sentido
metafórico, que sean mieles para tus oídos, pero que de ninguna manera dejen de
ser simples utopías. Podría, sí, soy capaz de decirte bien cerca de tu oído que
viajaría a la Luna, robaría un trocito de ella misma y lo traería para que cada
vez que la mires sepas que estuve ahí por Ti. O podría decirte que en tus ojos,
el Sol brilla como en ninguna otra parte. O quizá, que si vez, un día
cualquiera, que una abeja se enreda en tus cabellos es porque son más dulces
que el néctar que puede libar de cualquier flor. Que mi corazón late porque el
tuyo lo hace, y juntos entonan un ritmo plácido que más que a sístole y
diástole suena a campanas de cristal bajo la luz que penetra en algún mar
olvidado del Edén. Y la lista podría continuar con algunas frases más.
Podría
prometerte que serás el amor de mi vida. Que toda mi vida es tuya, que mi vida
está en tus manos. Que juntos vamos a construir una vida llena de alegrías,
como el canto de un quetupí. Que juntos podríamos buscar perlas de luz en las
noches más calurosas de esta ciudad gris, y en las más frías, darnos calor con
melodías suaves y sencillas cantadas al unísono al abrigo de la luz tenue de
nuestro cuarto.
Podría.
Pudiese. Puedo. No serían más que mentiras escondidas bajo las sedas de
palabras dulces, tiernas, que ocultan la simiente de algo que nunca dará una
flor.
Porque prefiero, sencillamente, decirte que soy
éste que vez delante de Ti. Temblando, nervioso, de manos heladas y ojos
tristes. Que no tengo casas para ofrecerte; que quizá no viajemos demasiado
lejos; que autos no me gustan manejar; que normalmente hablo mucho menos de lo
que pienso; que algunos miedos se enquistaron y son inmunes a mis embates de
canciones de aliento y lecturas de motivación; que la química me seduce. Que
sólo tengo este par de brazos a los que les puedes pedir que te abracen cuando
lo desees; que este par de manos ansían enredarse en tus cabellos,
desordenarlos, para luego disfrutar acariciarlos; que solamente puedo llegar a
ser este par de labios que desean morir posándose en los tuyos; que sólo soy
este cuerpo en el que puedes encontrar calor cuando lo necesites. Que después
de todo, solamente soy un par de manos que escriben lo que un par de labios no
se animan a decir.* El texto lo escribí hace más de un año (figura en el archivo de Word con fecha del 1º de Agosto de 2011). Sabrá Dios pensando (o sintiendo a quién) lo habré escrito jaja. Lo presento a falta de algo más novedoso :P
6 comentarios:
Y de qué preocuparse si tienes una mente amiga, con dedos dóciles y buena conciencia para respetar y mantener tus recuerdos y sueños.
No dejes de escribir :)
Un abrazo amigo
"prefiero, sencillamente, decirte que soy éste que vez delante de Ti. Temblando, nervioso, de manos heladas y ojos tristes"
Es tan auténtico y tan, tan hermoso... como tu último comentario. Con cosas así me animo a no dejar de escribir... es una verdadera motivación saber que haces sentir a alguien. Como tú lo haces :)
Abrazo.
Gracias amigo, por tu visita y tu comentario.
UN FUERTE ABRAZO :))
Me alegra mucho, mucho que te haya gustado el video :) ojalá pudieras venirte una e esas tardes de domingo.. el ambiente es mucho más especial que lo que se pueda llegar a percibir.
Y sí, yo también creo que fue extremadamente frágil, por eso se fue tan pronto quizá. Buscó en el lugar equivocado, desde luego.
Que ardan las palabras vestidas de seda, me quedo mil y una vez con estas.
Muaac!
que tengas un buen año 2013 amigo.
un fuerte abrazo :)
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