miércoles, abril 24, 2013

Muertes

Nuestra respiración se había acoplado. Nuestros movimientos se habían unificado. Mi cabeza descansaba sobre los cabellos que bañaban tu cuello…Un leve espasmo te devolvió a la realidad, y te diste cuenta de que el agua comenzaba a teñirse de rojo hemoglobina. Sólo en ese momento te diste cuenta de que yo había tenido la mejor de las muertes: morir en tu pecho. Y en ese mismo momento te diste cuenta que Tú tendrías la peor de todas tus muertes: la de vivir la mía…

6 comentarios:

Schmetterling! dijo...

Desgarrador.
Muaac!

Esilleviana dijo...

Entonces ella fue observando y acertando paso a paso, cómo y de qué manera él pensaba en ella, meditaba, inventaba y planeaba todo lo que él recrearía sobre ella.
Es profundo. Ella descubre, en la lejanía, cuanto gira su imagen en la mente de él.

un abrazo

Mar dijo...

Uf! Que contraste, entre la felicidad de uno por morir en brazos de otro y la dureza del que vive la muerte del otro.

bss.

Kris Diminutayazul dijo...

Hay que dejarse morir y renacer en otros..

Kris Diminutayazul dijo...

Vuelvo al mismo punto..

Kris Diminutayazul dijo...

Vuelvo al mismo punto..