Muertes
Nuestra respiración se había acoplado. Nuestros
movimientos se habían unificado. Mi cabeza descansaba sobre los cabellos que
bañaban tu cuello…Un leve espasmo te devolvió a la realidad, y te diste cuenta
de que el agua comenzaba a teñirse de rojo hemoglobina. Sólo en ese momento te
diste cuenta de que yo había tenido la mejor de las muertes: morir en tu pecho.
Y en ese mismo momento te diste cuenta que Tú tendrías la peor de todas tus
muertes: la de vivir la mía…
6 comentarios:
Desgarrador.
Muaac!
Entonces ella fue observando y acertando paso a paso, cómo y de qué manera él pensaba en ella, meditaba, inventaba y planeaba todo lo que él recrearía sobre ella.
Es profundo. Ella descubre, en la lejanía, cuanto gira su imagen en la mente de él.
un abrazo
Uf! Que contraste, entre la felicidad de uno por morir en brazos de otro y la dureza del que vive la muerte del otro.
bss.
Hay que dejarse morir y renacer en otros..
Vuelvo al mismo punto..
Vuelvo al mismo punto..
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