sábado, julio 31, 2010

Sobre una taza de Café

Sobre una taza de café me decías que debías irte, que el cielo con todas sus estrellas estaban esperando por Ti desde hacía mucho tiempo. Sin dejar caer lágrima alguna escuché esas palabras, pude sentir sin inmutarme que esas mismas palabras penetraban en lugares que aún no habían sido descubiertos por ninguna otra sensación anterior, sentí sensaciones que carecen de palabras que puedan siquiera dar una imagen cercana de ellas. Tus ojos fijos en mi alma, mi alma fija en tus ojos, mi cuerpo sereno, mis ojos dejaban translucir una inquieta serenidad, el tiempo despreciado por aquellos dos seres que se desvanecían en sus últimas miradas, tus ojos engendrando las lágrimas que los míos no eran capaces, el momento a punto de chocar contra sí mismo para poder crear ese todo del que seríamos parte cuando las individualidades dejaran de existir, cuando todo se haya ido: ella, yo, yo, ella, nosotros. Así fue como nos fuimos, con más de lo que vinimos, con la certeza de que volveríamos a vernos: en otro momento, en otro tiempo, en el mismo cuerpo, en otra alma…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Eternos e inolvidables instantes

Carlos dijo...

Nunca existió en la realidad, sólo en mi mente en un sueño...

Anónimo dijo...

Nose que es mejor...realidad o fantasia?

Carlos dijo...

...creo que depende de si deseas vivir en la realidad o en la fantasía....

yo prefiero esta realidad en la que estoy desde hace 22 años...después se verá.

Carlos dijo...

por otra parte...cosas como las que escribí me agobian: no sé de donde salen, porqué las siento, porqué las sueño, siempre mi mente se inmiscuye (¿asi se escribibe? jaja) en mi alma...