sábado, agosto 14, 2010

de palabras pronunciadas.... o no ...

Y Ella entró, camino hasta él, que estaba sentado en el borde de la cama. El apenas levantó la vista, aunque pudo sentir el aroma del café recién preparado por Ella y vio cómo se lo ofrecía gustosamente. Un gesto innecesario quiso decir él, sabiendo que realmente estaría mintiendo pues sí deseaba aquella taza de café, pero actuaba como sus padres se lo habían enseñado, siendo siempre educado, agradecido, intentando mostrar que cualquier cosa hecha para él por otra persona era una molestia. No debiste…, se encontró ofreciéndole a Ella a cambio de la taza. Sin embargo, no pudo terminar la frase. Sintió que casi tampoco podía tomar el café. Su garganta tomaba vida y se anudaba a sí misma. Ese nudo en su garganta, sus lágrimas comenzando a brotar de su húmedo par de ojos, su espalda presa de temblores y espasmos solo percibidos por él mismo hiciéronle creer que su mente había perdido el dominio de su cuerpo. Aunque nada más dijo, no aun. Ella tampoco. Sintió como la cama comenzaba a tornarse cada vez más áspera y menos confortable, aunque bien sabía que era sólo la sensación del momento. Aunque nada dijo, no aún. Ella tampoco. Como siempre sucede en momentos como éste, el tiempo parecía durar más, como si cada minuto tuviera una regalía de más minutos. El sintió que la taza estaba fría, no tanto como su corazón, pero sí estaba fría. Para cuando la vio estaba, además, vacía, aunque no fue capaz de saber en qué instantes había tomado su café. Y nada más dijo, no aun. Ella tampoco. Y así estuvieron quien sabe cuánto tiempo. A quien ha de importarle saber. Para cuando él le devolvió la taza, Ella pudo ver como sus ojos reflejaban cuan frío estaba su corazón. Y en ese ínfimo momento comprendió que nada iba a decir. Y Ella tampoco nada iba a decir. Así fue como él se levantó, casi sin mirarla, casi sin nada. Y ahora fue él quien pasó por la puerta que Ella misma había atravesado con la taza de café en su mano. Así fue como se separaron. Sin saludos, sin adiós, sin besos, sin más lágrimas derramadas. Ahora tendrán tiempo, ahora tendrán toda una vida para pensar que habría dicho Ella si él hubiera dicho lo que no quiso decir, tendrán toda una vida para pensar que hubiera dicho Ella si hubiera escuchado lo que no pudo escuchar...Pero poco tardaron en darse cuenta que Ella habría dicho Te Amo si él hubiera dicho Te Amo, aunque él no lo dijo pues esperó quien sabe cuánto a que Ella le dijese Te Amo.

No hay comentarios.: